Los horribles tiroteos al estilo de ejecuciones de la noche pasada, donde 12 agentes de la ley Dallas - cinco de los cuales murieron y siete resultaron heridos - es un ataque a nuestro país. Es una manera coordinada, asalto premeditado contra los hombres y mujeres que nos mantienen seguros.
Debemos restaurar la ley y el orden. Debemos recuperar la confianza de nuestra gente para estar a salvo y seguro en sus hogares y en la calle.
Las trágicas muertes sin sentido, de dos personas en Louisiana y Minnesota nos recuerda que se necesita mucho más que hacer.
Esta mañana ofrezco mis pensamientos y oraciones para todos los familiares de las víctimas, y oramos por nuestros valientes policías y socorristas que arriesgan sus vidas para protegernos diariamente.
Nuestra nación se ha vuelto demasiado dividida. Demasiados estadounidenses sienten que han perdido la esperanza. El crimen está perjudicando a muchos ciudadanos. Las tensiones raciales han empeorado. Este no es el sueño americano que todos queremos para nuestros hijos.
Este es un tiempo, quizás más que nunca, de un liderazgo fuerte, el amor y la compasión. Vamos a superar estas tragedias.
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