Los fanáticos anti-Trump fantaseando sobre bajar a Donald Trump en la convención nacional en Cleveland, pues según ellos, Trump es históricamente impopular, está destrozando las alianzas republicanas tradicionales, corre con una campaña mal financiada y los líderes republicanos no pueden soportar su candidatura.
Hay un problema insalvable: la mayor parte de las personas que realmente podrían parar al empresario de tomar el control del partido - los 2.472 delegados de la convención - ni siquiera tendrán estos puntos en cuenta.
Esto se debe a que los delegados de la convención, no son los típicos republicanos, dicen los conocedores del GOP. Algunos son funcionarios comunes, interesados en la experiencia de la convención más que un golpe político. Muchos de ellos son partidarios Trump llevados al redil político por parte del magnate. Otros han sido barridos de la política nacional precisamente para desairar el establecimiento del GOP. Y otros todavía son susceptibles a la presión de ese mismo establecimiento para evitar una convención desordenada.
Aquellos que buscan para volcar a Trump en cuenta que en realidad ganó menos de la mitad de todos los votos emitidos en las primarias, pero ganó más concursos y se benefició de reglas que proporcionan un número desproporcionado de los delegados a los ganadores de las primarias. Lo que realmente está matando a los esfuerzos anti-Trump, argumentan, es la falta de una alternativa seria.
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